Solidaridad en la Propia Familia
Al venir al mundo, el hombre no dispone de todo lo que es necesario para el desarrollo de su vida corporal y espiritual; necesita de los demás para desarrollarse armónicamente.
El hogar constituye un medio natural para la iniciación del ser humano en la solidaridad y en las responsabilidades comunitarias.
Los padres deben enseñar a los hijos a guardarse de los riesgos y las degradaciones que amenazan a las sociedades humanas.
El hogar es un lugar apropiado para la educación de las virtudes, requiriendo para ello el aprendizaje de la abnegación, de un sano juicio, del dominio de sÍ, condiciones de toda libertad verdadera, enseñándole a los hijos a subordinar las dimensiones materiales e instintivas a las interiores y espirituales.
Esta educación se hace ya cuando los miembros de la familia se ayudan a crecer en la fe mediante el testimonio de una vida cristiana de acuerdo con el Evangelio, otorgándose todos y cada uno la ayuda mutua en solidaridad cristiana.
Solidaridad con los Amigos
La verdadera solidaridad con los amigos es prestarle un apoyo incondicional y ayudarles a vivir de acuerdo a las normas y principios del Evangelio.
Solidaridad en la Escuela
La Solidaridad en la escuela implica el respeto por todas las normas educativas del plantel, así como también la participación activa en todos sus proyectos, el respeto y colaboración con todo el personal docente, con los demás alumnos, con los compañeros de clase para promover un clima de fraternidad donde se valoren los principios de fraternidad, buscando siempre la verdad y el bien de toda la comunidad educativa.
Solidaridad con los Necesitados
El interés y la preocupación por todos aquellos hermanos que sufren necesidades físicas, así como morales, han de incentivarnos a procurar socorrerlos dentro de nuestras posibilidades, con una acción firme y decidida en unión de la colectividad a la cual pertenecemos.
Las diferencias entre las personas obedecen al plan de Dios que quiere que nos necesitemos los unos a los otros para que alentemos la vivencia de la caridad.
Solidaridad en Relación al Medio Ambiente
La creación pertenece a todos por igual y compromete a todos por igual a fin de garantizar un medio ambiente consonó con el desarrollo físico de los bienes de la tierra. A nadie le es lícito perturbar el equilibrio eco lógico en beneficio propio.
Al venir al mundo, el hombre no dispone de todo lo que es necesario para el desarrollo de su vida corporal y espiritual; necesita de los demás para desarrollarse armónicamente.
El hogar constituye un medio natural para la iniciación del ser humano en la solidaridad y en las responsabilidades comunitarias.
Los padres deben enseñar a los hijos a guardarse de los riesgos y las degradaciones que amenazan a las sociedades humanas.
El hogar es un lugar apropiado para la educación de las virtudes, requiriendo para ello el aprendizaje de la abnegación, de un sano juicio, del dominio de sÍ, condiciones de toda libertad verdadera, enseñándole a los hijos a subordinar las dimensiones materiales e instintivas a las interiores y espirituales.
Esta educación se hace ya cuando los miembros de la familia se ayudan a crecer en la fe mediante el testimonio de una vida cristiana de acuerdo con el Evangelio, otorgándose todos y cada uno la ayuda mutua en solidaridad cristiana.
Solidaridad con los Amigos
La verdadera solidaridad con los amigos es prestarle un apoyo incondicional y ayudarles a vivir de acuerdo a las normas y principios del Evangelio.
Solidaridad en la Escuela
La Solidaridad en la escuela implica el respeto por todas las normas educativas del plantel, así como también la participación activa en todos sus proyectos, el respeto y colaboración con todo el personal docente, con los demás alumnos, con los compañeros de clase para promover un clima de fraternidad donde se valoren los principios de fraternidad, buscando siempre la verdad y el bien de toda la comunidad educativa.
Solidaridad con los Necesitados
El interés y la preocupación por todos aquellos hermanos que sufren necesidades físicas, así como morales, han de incentivarnos a procurar socorrerlos dentro de nuestras posibilidades, con una acción firme y decidida en unión de la colectividad a la cual pertenecemos.
Las diferencias entre las personas obedecen al plan de Dios que quiere que nos necesitemos los unos a los otros para que alentemos la vivencia de la caridad.
Solidaridad en Relación al Medio Ambiente
La creación pertenece a todos por igual y compromete a todos por igual a fin de garantizar un medio ambiente consonó con el desarrollo físico de los bienes de la tierra. A nadie le es lícito perturbar el equilibrio eco lógico en beneficio propio.
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